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UCB
22-Mar-2019

Urge reconocer las fracturas osteoporóticas como un problema de salud pública

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Las fracturas por fragilidad, causadas por una osteoporosis subyacente, suponen una merma enorme en la calidad de vida del paciente y causan una gran carga económica al sistema, por lo que deberían ser reconocidas como un problema de salud pública con el fin de establecer estrategias de prevención, divulgación e información.
 
Esa ha sido una de las principales conclusiones del encuentro ‘La fractura ósea en la mujer. Prevención y abordaje asistencial’, organizado por Gaceta Médica y que ha contado con la colaboración de UCB.
 
Las fracturas óseas, en nuestro país, suponen un coste sanitario de unos 4.200 millones de euros anuales. Una cifra que lejos de descender se prevé que se multiplique hasta llegar a los 5.500 millones en 2030. Un problema de salud que afecta a una de cada tres mujeres y a uno de cada cinco hombres, números que también ascenderán, principalmente, por el envejecimiento de la población.
 
“Es impensable que un enfermo con otra patología salga del hospital sin un tratamiento para frenar la progresión de la dolencia, sin embargo, sólo el 26 por ciento de los pacientes que sufren una fractura de cadera salen del centro de salud con una terapia. Se le trata la fractura, pero no el problema que la ha causado por lo que es imprescindible incorporar esos protocolos a las estrategias de salud”, explico Pablo Talavera, responsable médico de Salud Ósea de UCB Iberia.
 
Para la vicepresidenta de la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (SEIOMM), María José Moro, un dato clave es la valoración de la población de riesgo para aplicar medidas preventivas y de diagnóstico clínico temprano, con las que se podrían evitar cerca de 700.000 fracturas.
 
“Es esencial convencer a las administraciones de que hay que agrupar a la población de riesgo. No olvidemos que hay pacientes a los que no se les valora hasta que no van por la cuarta fractura. Por tanto, la identificación es el primer paso y luego ya implantaremos protocolos de actuación".
 
Por su parte, María Antonio Robles, presidenta de la Asociación Española con la Osteoporosis y la Artrosis (Aecosar), ahondó en el problema señalando que los pacientes tienen que lidiar con las diferencias asistenciales que se producen en los diferentes hospitales, condicionados por la concienciación de sus profesionales sanitarios. 
 
Robles también hizo hincapié en las largas listas de espera a las que tienen que hacer frente en circunstancia de sufrimiento con dolores agudos severos y una inexistente calidad de vida.
 
El ámbito social
 
Además del manejo asistencial de los pacientes con fracturas por fragilidad, la vicepresidenta de SEIOMM quiso destacar que también hay que trabajar más allá del ámbito asistencial para que el paciente esté informado sobre lo que supone una fractura. En este sentido, los pacientes que ya han sufrido una fractura tienen un riesgo tres veces mayor de padecer una segunda rotura de huesos.
 
“Las instituciones avanzan muy lentamente si lo comparamos con lo que se hace en educación sanitaria sobre otras enfermedades como la diabetes”, argumentó Moro. Asimismo, lamentó que en los medios de comunicación tampoco se hable mucho de las fracturas osteoporóticas, ni se hagan documentales sobre cómo se forman los huesos y su cuidado. “Y es que la gente debe entender que sufren fracturas porque sus huesos están débiles, no porque se hayan caído ocasionalmente”, concluyó.
 
En definitiva, se trata de abordar el problema de las fracturas desde una perspectiva multidisciplinar con tres hilos conductores: un manejo asistencial global desde el diagnóstico hasta el tratamiento y seguimiento en Unidades de Fractura especializadas; un plan estratégico de salud; y campañas de formación e información para profesionales sanitarios y pacientes.